Este martes Germán Martínez Cázares renunció a la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La renuncia fue dirigida al consejo técnico del instituto y se trata de la segunda baja en el gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a sólo unos meses de que inició la administración.
Hay que recordar que la subsecretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Patricia Bugarín Gutiérrez, se retiró de su cargo apenas el 15 de mayo pasado, "por un asunto personal impostergable".
Entre los argumentos expuestos por Martínez se encuentran que “algunos funcionarios de la Secretaría Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS”, con lo que, afirma, “se ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social”.
Habrá que recordar que apenas el 13 de mayo durante la conmemoración del 40 aniversario del programa IMSS Bienestar, Martínez Cázares reclamó los mil 400 millones de pesos que se entregaban en administraciones pasadas al programa PROSPERA.
En un comunicado Martínez afirmó que el presidente del gobierno de México "proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el 'cargo' que el 'encargo'".
Agregó que se "han despedido trabajadores eventuales, con las disposiciones de Hacienda, cuando muchos de ellos podrían estar incluidos en el programa prioritario de Jóvenes construyendo el futuro".
Afrimó que no "soy un lambiscón, ni barbero de nadie. Yo seguiré su ejemplo (presidente AMLO): tampoco yo seré florero en el IMSS de decisiones tomadas fuera del IMSS”.
Y aún más, resaltó que los "niños que padecen cáncer y esperan su tratamiento, quienes viven a la espera insulina, las poblaciones de la diversidad sexual que reclaman antirretrovirales, y los millones de enfermos que se atienden en nuestras clínicas y hospitales, no merecen ni un minuto de rebatingas de poder”.
También hizo énfasis en que “ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano. Ese control llega a escatimar los recursos para los mexicanos más pobres” y consideró que se requiere una "gran reforma LEGAL (en el IMSS), y no una pequeña reforma REGLAMENTARIA. La cuarta transformación no son cambios burocráticos, sino revolución cultural”.
Agregó que mientras "se discute la remodelación del IMSS, muchos trabajadores siguen sin certeza laboral, otros sin contrato, algunas vacantes aumentan, el rezago en infraestructura es brutal. Si bien el abasto de medicamentos está garantizado, es precario y en algunos lugares pende de un hilo”.