La aplicación de aranceles a los productos procedentes de Estados Unidos implicaría el encarecimiento de insumos intermedios, como maquinaria, equipo de cómputo y electrónico, entre otros, lo que iría en detrimento de la economía, alertó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Destacó que las declaraciones del secretario de Economía, Ildefonso Guajardo referentes a fijar aranceles a productos de Estados Unidos es un "Plan B" de México en caso de que falle una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con beneficios para todos los países socios, es una decisión “más política que alcanzable económicamente” porque le restaría competitividad al sector industrial del país.
Enfatizó que la mitad de lo que importamos procede de Estados Unidos, lo que equivale a cerca de 200 mil millones de dólares, por lo que aunque “políticamente suena bien, en la práctica económica es inviable”.
Por su parte, Enrique Cárdenas, director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) consideró que sí se podrían imponer aranceles, pero a productos que “lastimen” a Estados Unidos, como los del sector de alimentos, porque en lugar de consumir artículos importados, se adquirirían los productos nacionales.
Reconoció que la aplicación de aranceles al sector automotriz, impactaría también a la industria nacional, aunque al final del día la medida impactaría a los consumidores de ambos países.