Los ciudadanos franceses que asistieron a las urnas el domingo pasado respaldaron a Emmanuel Macron, un político independiente que fundó el movimiento En Marche! y que abandonó la política tradicional, así como a Marine Le Pen, la candidata de ultraderecha del Frente Nacional.
Ambos candidatos representan iniciativas antistablishment, tendencia que se repite en todo el mundo y que llevó a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y al Gran Bretaña a separarse de la Unión Europea.
Sin embargo, los finalistas a la presidencia gala representan iniciativas totalmente diferentes, pues mientras Macron es un político que apoya la permanencia de Francia en la Unión Europea y la Zona Euro, Marine Le Pen es una candidata considerada como “populista” que genera temor en los mercados, pues su triunfo marcaría el probable inicio de un movimiento separatista de la nación gala respecto del bloque europeo, situación que pone nerviosos a los mercados.
Estas elecciones marcarán historia, sin importar el ganador, pues si se impone la candidata ultraderechista, se convertiría en la primera mujer en ocupar este cargo en Francia, mientras que Emmanuel Macron sería el presidente más joven en ese país, pues apenas tiene 39 años.
La moneda sigue en el aire, pues las encuestas de intención de voto apenas dan una diferencia de 1% en favor del centrista, pero el desenlace de la sucesión presidencial se conocerá el próximo 7 de mayo, cuando se realice la segunda vuelta de las elecciones.