JP Morgan redujo su estimación de crecimiento económico de México para este año a 0.9% desde el 1% que había previsto.
La institución señaló que esta decisión se dio tras detectar que la debilidad expuesta en el Producto Interno Bruto (PIB) durante abril, aunado a las tensiones de migración entre México y Estados Unidos, tendrá reflejos durante junio.
El banco reconoce que los últimos datos comerciales y manufactureros del país son positivos, sin embargo “el golpe al comercio mundial de las disputas comerciales son una fuerza compensatoria que orillaron a balancear esta decisión”.
No obstante JP Morgan señaló que diversos datos demuestran que la economía mexicana no está en riesgo de una recesión “técnica”.
Las ventas minoristas crecieron fuertemente en abril y hoy registran un aumento de un 4% en el segundo trimestre, con lo que se alivian las preocupaciones planteadas por la débil producción de servicios que el consumo puede no estar impulsando como se esperaba.
Hace ver que los datos comerciales de mayo también fueron alentadores y sugieren que, contrariamente a la señal de ritmo bajista transmitida por los indicadores de manufactura, parece estar lista para crecer a un ritmo sólido este trimestre.
JP Morgan refiere que las importaciones intermedias no petroleras, también son satisfactorias al crecer a un ritmo acelerado en abril y mayo.