Informes de algunas fuentes cercanas a la investigación del ciberataque de Rusia revelaron a Bloomberg que las intrusiones en las elecciones de Estados Unidos alcanzaron el doble de estados que el estimado originalmente.
Entre los asaltos, hubo intrusiones a las bases de datos de los votantes. En Ilinois, los investigadores encontraron evidencia de que los intrusos cibernéticos intentaron borrar o alterar los datos de los votantes, detalló la agencia.
Los hackers accedieron al software diseñado para ser utilizado por los trabajadores electorales el día de las elecciones, y en al menos un estado accedieron a una base de datos de financiamiento de campaña.
Los detalles de la ola de ataques, realizados en el verano y el otoño de 2016, fueron proporcionados por tres personas con conocimiento directo de la investigación estadounidense sobre el asunto.
En total, los hackers rusos accedieron a los sistemas en 39 estados, dijo una de ellas, lo que llevó a la administración de Obama a contactar al Kremlin de forma extraoficial para ofrecer documentos detallados sobre lo que decía era el papel de Rusia en la intromisión en las elecciones y para advertir que los ataques podrían derivar en un conflicto más amplio.
Los nuevos detalles, reforzados por un documento clasificado de la Agencia de Seguridad Nacional recientemente revelado por Intercept, muestran el alcance de la supuesta intrusión informática que los investigadores federales estudian al tiempo que intentan determinar si los funcionarios de la campaña de Trump estuvieron involucrados en los esfuerzos.
Moscú lo niega
Los funcionarios rusos negaron públicamente su participación en los ataques que incluyen una campaña de 'spear phishing' que comprometió la campaña de Hillary Clinton y el Comité Nacional Demócrata, entre cientos de grupos.
El presidente Vladimir Putin dijo en comentarios recientes que criminales dentro del país podrían estar involucrados sin ser contratados por el gobierno ruso.