Para casi todos los accesos a cuentas personales en Internet necesitamos una contraseña. Desde que abrimos la computadora incorporamos una clave de acceso, la necesitamos para el correo electrónico, para nuestras redes sociales, banca en línea, por mencionar algunos usos, y todos ellos involucran información privada que nos interesa proteger.
El problema es que cada vez más hay más tipos de ataques informáticos que buscan robar datos personales y estos delitos van en aumento. Todos estamos expuestos.
Datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) revelan que mientras en el 2011 los fraudes cibernéticos representaban 7% del total, en el presente año equivalen al 42%.
Tan sólo en el primer trimestre del 2017, los usuarios reclamaron por fraudes cibernéticos mil 167 millones de pesos, pero los bancos sólo abonaron alrededor de 50% en beneficio de los usuarios de servicios financieros.
Las quejas por robo de identidad también van en aumento. En el primer tercio del año este delito creció 18%, con 19 mil quejas registradas ante la Condusef y nuestro país ocupa el octavo lugar a nivel mundial en esta práctica ilegal.
De acuerdo con la empresa ESET, desarrolladora de soluciones de seguridad, en muchos casos estos ataques son posibles por las prácticas de seguridad deficientes que tienen los mismos usuarios.
Por ello, una forma de protegernos es crear contraseñas fuertes y seguras.
¿Cómo?
La empresa ofrece una serie de consejos para lograrlo:
- Evitar las contraseñas de una sola palabra, pues se pueden descifrar fácilmente.
- Optar por utilizar frases, agregando mayúsculas y sumar algunos números o caracteres especiales.
- Usar al menos 12 caracteres
- No volver a utilizar contraseñas viejas
- Para mayor seguridad usar factores de doble autenticación
- Crear una contraseña distinta para cada cuenta
- Cambiar las frases de contraseña periódicamente
- Utilizar un administrador de contraseñas confiable