En diciembre del año pasado, los precios al productor se incrementaron 8.51%, su dato más alto desde el mismo mes de 2008, sin incluir el impacto que tendrá el precio de la gasolina y que se reflejará en este indicador a partir de la primera quincena de enero.
El principal factor que jugó en contra del poder adquisitivo de las empresas durante 2016 fue la depreciación del peso frente al dólar que alcanzó casi 20%, debido a la volatilidad internacional provocada por un año lleno de eventos inesperados como la salida de Reino Unido de la Unión Europea, los precios históricamente bajos del petróleo, así como el triunfo de Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca.
Los productores más afectados por la inflación fueron los de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final, pues de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) su precio se disparó 18.75% anual en diciembre pasado, aumento que fue provocado por el encarecimiento de productos como el petróleo, el gas natural, insumos básicos principalmente para la energía eléctrica, así como por súper dólar.
El segundo sector que tuvo los peores resultados fue la manufactura, pues la mayor parte de sus insumos provienen el exterior y por lo tanto deben ser pagados con la divisa estadounidense.
Diversos analistas bancarios estimaron que tan sólo el factor de la gasolina generará un incremento de 1.6% en los precios al consumidor durante la primera mitad del este mes, por lo que se ubicaría en 4.62%, pero todavía no reflejaría la totalidad del impacto que ha recibido la industria.
Según Daniel Vázquez, presidente de la Comisión de Energía de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), sólo el encarecimiento del combustible tendrá un impacto de hasta 10% en los costos operativos de las empresas del país, pues la logística y el funcionamiento de algunas empresas depende directamente de este insumo.