La economía de Estados Unidos creció a una tasa anual del 2.6% en el tercer trimestre, pero mostró signos de una desaceleración generalizada debido a que el gasto de los consumidores y las empresas se tambaleó bajo el peso de la alta inflación y el aumento de las tasas de interés.
El Departamente de Comercio informó este jueves que el Producto Interno Bruto (PIB), esta medida de los bienes y servicios producidos en todo el país, aumentó después de disminuir en la primera mitad del año debido a que la balanza comercial impulsó el crecimiento.
No obstante, el crecimiento del gasto del consumidor -principal motor de la economía-, se enfrió en el tercer trimestre en comparación con el trimestre anterior, ya que los estadounidenses redujeron su gasto en bienes, aunque sí incrementaron su gasto en servicios, aunque a un ritmo más lento. A eso hay que añadir que las empresas recortan su inversión en edificios.
Cabe señalar que la incertidumbre económica ha credito y muchos economistas están preocupados por la posibilidad de una recesión en los próximos 12 meses. Esperan que los esfuerzos de la Reserva Federal para combatir la alta inflación mediante el aumento de las tasas de interés pesen aún más en la economía.
Saben que el costo económico más amplio del aumento de las tasas puede tardar meses en materializarse, pero uno de los sectores más sensibles a las tasas de interés, la vivienda, ya muestra signos de dolor, puesto que las ventas de viviendas registraron su racha más larga de caídas en 15 años y la tasa promedio de una hipoteca fija a 30 años eclipsó el 7% por primera vez en más de 20 años.
A ello sume que la inversión residencial cayó a una tasa anual del 26.4% en el tercer trimestre y que las acciones cayeron en el tercer trimestre y estaban en camino de su peor año desde la crisis financiera de 2008.
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Bazar
Ago. 12, 2020, 1:35 p.m.