El presunto desvío de recursos públicos realizado por Javier Duarte en Veracruz no fue el único de los pecados del hoy preso, pues además del desfalco, durante su gestión el empleo formal tuvo un descalabro, al tiempo que los estados y municipios se quedaron sin dinero para pagar la nómina.
Duarte de Ochoa estuvo al frente del gobierno veracruzano entre el 1 de diciembre de 2010 y el 30 de noviembre de 2016.
En ese lapso, no hubo creación formal de empleos, sino que se perdieron 28 mil 146 fuentes formales de trabajo, situación que incrementó la pobreza laboral y la informalidad en la entidad.
De acuerdo con cifras del observatorio económico México ¿Cómo Vamos?, Duarte recibió la economía veracruzana con un porcentaje de informalidad de 56.9% y al cierre del tercer trimestre del año anterior, el indicador se ubicó en 62.7% y dejó al estado como el séptimo peor en este apartado.
Algunos cálculos apuntan a que el desfalco que tiene contra la pared a las finanzas públicas de Veracruz fue de 182 mil 895 millones de pesos, que fueron acumulados a través de deudas, desvíos y pasivos en la gestión de Javier Duarte.
Entre los principales desvíos de los que se le acusa destaca la compra simulada de terrenos en Campeche, valuados en 439 millones de pesos, con dinero público que un grupo de empresas trianguló para la compra de un rancho en Valle de Bravo.
Las líneas de investigación también apuntan a que realizó transferencias por varios millones de pesos a cuentas en Alemania, España, Inglaterra y Hong Kong.
Además, supuestamente compró una propiedad en The Woodlands, Texas con un valor de 2.5 millones de dólares.
“Está a 2.5 kilómetros de distancia en línea recta de The Carlton Club que es un club de golf en el que Duarte reconoció haber comprado una acción con un valor de dos millones de pesos”, indicó una denuncia presentada por actual gobernador, Miguel Ángel Yunes.