El fin de semana se reunirán en Riad los responsables de las finanzas de las 20 economías más importantes del orbe, y de acuerdo con los expertos el G20 ha incluido en su agenda el análisis de las consecuencias económicas del coronavirus.
Se estudiará el comportamiento de variables como la demanda de carbón y de los viajes domésticos en China en busca de cualquier evidencia de que la segunda economía mundial vuelve a la normalidad. Asimismo se hará un recuento de infecciones fuera de China, considerado como el mejor indicador de que el virus se ha podido contener, lo que parece que aún no está claro, puesto que en Corea del Sur ya se detectaron 100 contagios y se registró la primer muerte, lo que ocasionó que la calles de la ciudad más grande en ese país estén prácticamente desiertas con los residentes refugiados en el interior de sus hogares.
El caso contra el que se realiza la comparación es el SARS en 2003 que nació y murió con un bajo impacto económico, hoy por el contrario el coronavirus ya afecta a más de 75 mil personas, lo que prácticamente ha paralizado la economía del gigante asiático sigue propagándose más allá de su epicentro.
En Japón, sus responsables miden factores como las calles vacías del distrito comercial de Ginza y las cancelaciones de aviones y cruceros, tratando de ponderar si el rebote económico con el que contaban para este año terminará esfumándose.
En Estados Unidos, los representantes de la Reserva Federal están examinando los contactos comerciales locales y escuchando a unos empresarios sorprendidos por las vulnerabilidades de sus redes de suministro.
Cabe recordar que las empresas "tienen cadenas de suministro que están íntimamente involucradas en China a veces en formas que no conocían", dijo el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, en una entrevista el miércoles, recordando una conversación con un fabricante de productos médicos que "tenía un proveedor que tenía una parte en China".
Además por la naturaleza impredecible de cualquier brote viral, los analistas no tienen una forma probada y verdadera de hacer modelos predictivos sobre el evento.
Pero los jefes económicos en el orbe y los analistas dicen que esto está muy claro: cuanto más hablan con la gente, más entienden el profundo papel de China en las cadenas de suministro mundiales. Esto significa que cuanto más tiempo permanezca el brote sin contenerse, mayor será la probabilidad de que se convierta en un problema sistémico.
Barkin dijo que entre las incógnitas se encuentran la situación de los inventarios de las empresas antes de que China comenzara a establecer cuarentenas y cerrar negocios para detener la propagación del virus, o la flexibilidad de las empresas para buscar proveedores alternativos. Estos son temas que no están capturados en ningún modelo económico en particular, lo que complica el análisis de bancos centrales de todo el mundo.
Los expertos pronostican escenarios que apuntan a un impacto limitado, principalmente una caída del crecimiento de China en el primer trimestre. Pero también han esbozado una posible contracción de la economía mundial o, en el peor de los casos, una recesión en Europa y en Estados Unidos a medida que la demanda mundial disminuye.
Ese no es el escenario central de la Reserva Federal, el Banco Central Europeo o el Banco de Japón, que aún no han impulsado la adopción de medidas o recortes de los tipos de interés para neutralizar un impacto económico no deseado. Pero los responsables de política monetaria reconocen que se están moviendo un poco a ciegas.
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Ago. 12, 2020, 1:35 p.m.