Otro de los productos que tuvo variaciones en su esquema de precios a partir del 1 de enero de este año es del gas Licuado de Petróleo (LP), que llega a siete de cada 10 familias en el país y se utiliza, principalmente para cocinar, pues el valor final de este producto es determinado por cada empresa.
Tan sólo en enero, el precio al consumidor subió 88 pesos, lo que equivale a 21% respecto de diciembre del año pasado, pues el cilindro de 30 kilogramos cuesta hasta 480 pesos, desde un promedio de 392 pesos en diciembre, según datos publicados en la página de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
El incremento se debe en gran medida a la falta de infraestructura que existe para el transporte y el almacenamiento del producto.
En el país, las instalaciones para almacenamiento sólo permiten que el mercado pueda proteger el consumo de 2.4 días, debido al monopolio que ejerció Pemex en el transporte, almacenamiento y venta del hidrocarburo hasta antes de la reforma energética aprobada en 2014.
“En México, el transporte depende en gran medida del ducto troncal Cactus-Guadalajara que cuenta con una capacidad de transporte máxima de 242 mil barriles por día y mil 231 km de longitud”, es decir que el transporte de este combustible se centra en un solo ducto, señaló la Secretaría de Energía (Sener) en la Prospectiva de Gas Natural y Gas LP 2019-2025.
La misma dependencia precisó que en total, el país puede almacenar 2.6 millones de barriles, lo que representa apenas una sexta parte de la infraestructura que tiene Estados Unidos para el almacenamiento de la molécula.
Miriam Grunstein, especialista de la consultora Brilliant Energy, explicó que el retraso en la infraestructura para transporte y almacenamiento se debe al control que Pemex ejerció sobre la importación de combustible.
“Lo que ha sucedido hasta el momento es que Pemex surtía el gas LP a los distribuidores y ellos salían a la calle a vender y no tenían ni requerían mecanismos de almacenamiento para protegerse contra la volatilidad del precio del gas, porque tuvimos un precio controlado por mucho tiempo”, explicó.
Desde agosto del año anterior, Víctor Figueroa, presidente de la Asociación de Distribuidores del Interior de Gas LP (Adigas), que agrupa a pequeñas y medianas empresas con presencia en 26 estados del país, señaló que los distribuidores no tenían la infraestructura suficiente para almacenar el combustible.
“El gas, por su naturaleza, no es fácil transportarlo en grandes cantidades. Cuando se habla de transportar 20 mil o 30 mil toneladas, se necesita un barco, un ducto, además de almacenes gigantes y esa infraestructura como empresas de Adigas no la tenemos”, comentó.
De acuerdo a Ramsés Pech, analista de la consultora Caraiva y Asociados, para que el insumo pueda ser abastecido en todo el país la infraestructura de transporte, especialmente de ductos y tanques de almacenamiento debería crecer 150%, pues la mayor parte del producto se transporta a través de pipas, que son 60% más caras que distribuir el combustible a través de ductos.