El Consejo Coordinador Empresarial solicitó al gobierno federal la implementación de medidas especiales que se apliquen el año entrante para estimular el crecimiento en el consumo, que es el principal motor de la economía mexicana, pues la desaceleración económica puede afectar la capacidad de compra.
En su mensaje semanal, Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, consideró que la directriz de la estrategia debe ser proactiva, y contar con políticas y acciones que incrementen el potencial del mercado interno.
Entre las propuestas principales, la iniciativa privada consideró que es urgente facilitar el empleo y la inversión, a través del uso de los programas sociales, pero encaminados hacia la creación de una infraestructura física e intelectual que incremente la productividad y no como una moneda de cambio por el voto.
Entre los motivos para crear las líneas de acción especiales el CCE destacó la amenaza que representa el incremento en el nivel de endeudamiento público que limita la inversión del Estado y pone en riesgo la calificación de deuda soberana.
A su vez, en caso de que se concrete una disminución en la calidad crediticia, se encarecería el costo de la deuda y aumentaría la presión sobre la balanza de pagos y el tipo de cambio, lo que a la larga impactaría en la inflación.
Para el representante empresarial, un segundo factor de riesgo es el déficit de la balanza comercial, ante la caída de los ingresos petroleros y el menor dinamismo de las exportaciones manufactureras, pues no se compensa con una caída en las importaciones.
Finalmente, el organismo consideró que los resultados en las elecciones de Estados Unidos son la cereza del pastel de la incertidumbre.
“Todos estos factores combinados, podrían impedir que creciéramos más del 2% en el 2017, con afectación importante en el empleo y el bienestar de las familias. Por eso es fundamental llevar a cabo acciones emergentes”, alertó el organismo.