En caso de que el recorte en la producción de petróleo por parte de la OPEP y países ajenos al cártel como Rusia -que acordaron dejar de producir 1.8 millones de barriles diarios (mbd) en los primeros seis meses de 2017-, se cumpla a cabalidad, el equilibrio entre la oferta y demanda de crudo podría alcanzarse en la primera mitad del año entrante consideró UBS.
Además del acuerdo alcanzado por la OPEP el pasado 30 de noviembre en Viena, en el que se comprometió a bajar su plataforma petrolera en 1.2 mbd en el primer semestre de 2017, Rusia también se subió al carro de la estabilidad en el mercado y se comprometió a bajar su producción en 300 mbd entre enero y junio de 2017, lo que será complementado por 300 mil contenedores que dejarán de bombear otras naciones.
Con estas reducciones, el techo de producción del cartel petrolero sería de 32.5 mbd, lo que aceleraría la caída en la cantidad de crudo que tiene el mundo en los almacenes y "adelantaría el punto de reequilibrio del mercado al primer semestre de 2017".
Sin embargo, el banco suizo señaló que esta condición se cumpliría únicamente si la OPEP realmente se apega a su cuota.
Para garantizar que la producción no sea mayor a la meta, se formó un comité de seguimiento con Kuwait, Venezuela y Argelia, que presentará un informe en la próxima reunión del grupo a realizarse en mayo, lo que determinará si se amplia dicho recorte otros seis meses.
UBS recordó que la organización petrolera que representa 30% de la producción mundial de hidrocarburos, no se caracteriza por cumplir a cabalidad sus acuerdos. Como ejemplo, la entidad financiera recordó que la OPEP tuvo un pacto similar en 2008 en el que acordó reducir su producción en 4.2 mbd, pero sólo se redujo 3.46 mbd, lo que representó una tasa de cumplimiento de 80%.
En caso de que el equilibrio del mercado regrese en el primer semestre de 2017, el banco estimó que en los próximos dos años, las cotizaciones internacionales de los hidrocarburos podrían regresar a un rango de entre 60 y 80 dólares por barril, lo que representaría una normalización total del mercado.
Sin embargo destacó que existen riesgos de que dicho objetivo no se cumpla, como la velocidad en la respuesta de producción, así como una depresión en el crecimiento económico internacional.