La petrolera rusa, Rosneft advirtió que el incremento en la producción de petróleo en Estados Unidos podría provocar que los integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otras naciones decidan suspender los recortes al bombeo en junio próximo.
En caso de que esto ocurra, los precios podrían volver a deprimirse a niveles similares a los observados el año anterior.
Después de que el barril de crudo tocó mínimos históricos en 2015, los productores estadounidenses disminuyeron sus actividades, pues la producción de shale en Texas es muy cara para sostenerse con precios bajos.
De acuerdo con datos de la Administración de Información Energética, extraer un barril de depósitos de esquisto cuesta alrededor de 60 dólares, por lo que un precio de 30 no es rentable para estas empresas; sin embargo, desde que a inicios de este año el barril se ubicó entre 50 y 55 dólares el bombeo de las petroleras con presencia en ese país aumentó.
El aumento de precios fue posible debido a la implementación de un acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con Rusia y otros productores para reducir el bombeo en 1.8 millones de barriles por día durante seis meses a partir del 1 de enero.
"Se hizo evidente que la producción de esquisto en Estados Unidos se ha convertido y seguirá siendo un nuevo regulador de los precios globales del petróleo por el futuro previsible", señaló Rosneft a la agencia Reuters.
"Existen riesgos significativos de que el acuerdo (liderado por la OPEP) no se prolongue por más tiempo, en parte debido a los principales participantes, pero también debido a las dinámicas de producción en Estados Unidos que no querrá unirse a acuerdo alguno en el futuro previsible", añadió.
Rosneft dijo que el único camino viable para equilibrar al mercado era que todos los productores limiten el suministro, pero reconoció que eso no sucederá porque los productores de esquisto no se unirán a un pacto de ese tipo, pues la ley estadounidense se los impide.