Por primera vez en su historia, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) expulsó de sus filas a una empresa: la firma barsileña Odebercht, como consecuencia de los actos de corrupción que confesó en toda América Latina.
El argumento de la cámara fue una violación a los códigos de ética de la organización.
“Simplemente dimos cumplimiento a nuestro estatuto, pues esta empresa se declaró confesa y aplicamos nuestro código de ética. Esto se dio a principios de abril”, dijo Alfonso Carrillo, asesor del Observatorio de la Industria de la Construcción de la CMIC.
Antes de concretar el fallo, la CMIC hizo una investigación con la Federación Interamericana de la Industria de la Construcción (FIIC) en la que se revisaron documentos y declaraciones de la constructora con sede en Brasil.
La desafiliación no permanente, es una situación que ocurre por no incumplir con los códigos de ética. “En su momento, si ellos lo solicitan, se revisarán las condiciones y la situación en la que estén cumpliendo con sus normas de conformidad, y se podrá reconsiderar la situación, aunque esto sería a muy largo plazo”, agregó Carrillo.