El Fiscal General estadounidense, Jeff Sessions, rescindió una política que permite el avance del uso legal de la mariguana en más estados del país.
La política retirada por Sessions, que entró en vigor durante la presidencia de Barack Obama, instruía a las fuerzas federales a no realizar la persecución de delitos relacionados con el uso o producción de la cannabis en los estados que la permiten.
Funcionarios del Departamento de Justicia dicen que podrían tomar medidas adicionales contra los estados que legalizaron la mariguana.
El Gobierno de Obama anunció en 2013 que no impediría la legalización en los estados siempre que sus autoridades impidieran el transporte a lugares En dónde se mantenía el uso ilegal o que cayera en manos de menores de edad y de pandillas criminales.
Sessions derogará esa norma que había aclarado cómo respondería el gobierno federal a medida que los estados empezaban a autorizar el consumo medicinal o recreativo.
Desde entonces, el negocio del cannabis se ha convertido en un sector que mueve hasta 7 mil millones de dólares y sus impuestos financian escuelas, programas educativos y fuerzas del orden.
Ocho estados y la capital estadounidense han legalizado el consumo recreativo. Se calcula que las ventas en California, por ejemplo, permitirán recaudar mil millones de dólares anuales de impuestos.
Desde su llegada a la administración de Trump, Sessions ha culpado a la cannabis de los picos de violencia y ha comparado la mariguana con la heroína