La caída en la capacidad productiva de las refinerías de México sumada a la baja inversión de Pemex en este sector provocaría que para 2029 el país importe siete de cada 10 litros que se consuman.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía (Sener), para ese año el consumo de gasolina y diésel será de 1.6 millones de barriles diarios y bajo el escenario actual de inversión para la transformación del petróleo, las importaciones subirían en el peor caso a 70%, desde el 58% actual.
Las refinerías en Mexico han llegado al máximo de la vida útil y requieren inversión para modernizarse e integrar nuevas tecnologías para refinar una mayor cantidad de crudo con base en la materia prima que existe en el país, pues más de la mitad del petróleo producido es pesado y las refinerías se diseñaron para crudo ligero.
Además, en el país existen seis refinerías, mientras que en Estados Unidos se concentra más de 20% de la capacidad mundial para procesar el petróleo, de acuerdo con datos de la Agencia Internacional de Energía.
Una de las soluciones sería incluir los modelos de microrefinerías que requieren menor inversión, pero que también tienen menor alcance para satisfacer la demanda, pues apenas alcanzaría para proveer a las gasolineras que estén a 180 kilómetros a la redonda.
“El problema no radica en el precio del combustible, sino en que no se puede hacer frente ante cambios geopolíticas en los combustibles o materia prima para refinar, ante el monopolio de los combustibles fósiles en Mexico”, señaló Ramsés Pech, analista energético de Caraiva y Asociados.