Aunque la inversión en infraestructura durante 2017 se deducirá 7% contra el año anterior, más que la reducción en la cantidad es necesario observar los beneficios y el impacto económico que tendrá cada obra, consideró Ignacio García Presno, socio líder de Asesoría de la empresa de consultoría KPMG.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para 2017 habrá sólo 84 mil 628 millones de pesos de los que 54 mil 633.77 millones de pesos se ejercerán en las dependencias federales y entidades, mientras que 28 mil 135.73 corresponden a instituciones como el IMSS y el ISSSTE y mil 903.1 a inversiones por asociaciones público-privadas.
Para el analista lo que no se puede hacer es dejar de invertir en infraestructura y que para ello existen las asociaciones público-privadas, los créditos bancarios y los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces (FIBRA), entre otros instrumentos, aunque reconoció que la debilidad de la economía, la depreciación del tipo de cambio y el incremento de la tasa de interés de Banxico limitará las inversiones en infraestructura.
García Presno dijo que los tomadores de decisiones y los inversionistas deben considerar las nuevas tendencias en infraestructura, a fin de mejorar el enfoque del financiamiento, desarrollo y operación de las obras para solventar el incremento de costos en un entorno económico “apretado”.
La nueva realidad en materia de infraestructura demanda tomar en cuenta los avances tecnológicos y las necesidades de los usuarios, de acuerdo al tipo de obra y a la población, al tiempo que su funcionalidad se encamina a optimizar los servicios y el bienestar de la población, detalló el experto.