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La calificación crediticia de México sigue en el aire

Moody’s es la calificadora más crítica sobre el ejercicio de finanzas públicas, pero recientemente consideró que el remanente del Banxico es positivo para la calidad crediticia del país, mientras que Guillermo Ortiz, otrora gobernador del banco central afirmó que los mercados ya dan por descontada una disminución a la calificación de México.

Actualmente la calificación del país se ubica en A3.
Escrito por: Arturo Alavez Abril 7, 2017, 5 a.m. Economía

Desde marzo de 2016, la calificadora Moody’s puso en perspectiva negativa la calificación crediticia de México, debido principalmente a la deuda del país y la de Pemex.

El panorama de las finanzas públicas se complicó y los indicios sobre la tendencia de la calificación van de un lado a otro, sin arrojar todavía una luz que defina si la nota de México (A3), que actualmente es considerada como buena, disminuya hasta dos escalones o se mantenga sin cambios.

La principal preocupación de la calificadora y de otros tantos estudiosos del tema es que la deuda total del país se ubica por encima del 50% en relación al Producto Interno Bruto (PIB) y que no se veía (o se ve) para cuando se pueda frenar este incremento.

A la salida de Felipe Calderón de la presidencia del país, la deuda total fue de 5.8 billones de pesos y hasta febrero pasado, subió a 9.6 billones… y contando.

 

LOS OPTIMISTAS

En las últimas dos semanas hubo declaraciones sumamente contrastantes en el ramo de las finanzas públicas, aunque la mayoría de ellas apuntan a que después de cierto grado de “irresponsabilidad” en el manejo de la deuda pública, parece que la Secretaría de Hacienda ya captó el mensaje y presenta presupuestos más responsables y pone un especial esfuerzo en reducir el déficit fiscal, lo que permitiría estabilizar la tendencia del endeudamiento.

“México ha soportado fuertes vientos en contra en los últimos dos años, derivado principalmente de la reducción de la plataforma petrolera, la caída en los precios del petróleo, el bajo desempeño de la producción industrial de Estados Unidos, así como al débil crecimiento económico mundial”, dijo José Antonio Meade, titular de la Secretaría de Hacienda la semana anterior en un encuentro con especialistas fiscales en Cancún.

En el futuro cercano, algunos de los vientos en contra se convertirán en vientos a favor, debido a que la discusión de la relación comercial entre México y Estados Unidos anclará la incertidumbre, pues apunta a un panorama de mayor estabilidad, afirmó Meade Kuribreña.

Además, Agustín Carstens, gobernador del Banco de México compareció ante el Senado de la República este miércoles y dijo que las finanzas públicas parecían tomar un rumbo responsable, particularmente en la tendencia de la deuda.

El líder del instituto central se caracteriza por ser crítico del ejercicio de las finanzas públicas y de tener discrepancias con las estimaciones de crecimiento de la Secretaría de Hacienda.

Durante el encuentro con los legisladores, Carstens afirmó que para la planeación del presupuesto de 2017 y el proceso que inicia para la elaboración del gasto de 2018, hay “una consciencia mucho mayor de que el manejo de la deuda no fue adecuado”.

Además, consideró que los precriterios Generales de Política Económica, presentados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el pasado 1 de abril son más realistas, lo que permite hacer un presupuesto más apegado a la realidad.

 Los Precriterios Generales de Política Económica integran la estimación de crecimiento económico, el promedio de barriles de petróleo que se producirán diariamente durante el año siguientes, así como el costo del dólar en comparación con el peso, pues estos factores permiten conocer un estimado de los ingresos que podría tener el gobierno federal.

Además, el miércoles de la semana pasada, el Banco de México entregó el remanente de operación –las ganancias- que equivalen a más de 321 mil millones de pesos al gobierno federal, mismos que serán utilizados para pagar deuda y para fortalecer el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, léase para emergencias.

Esta noticia fue vista con buenos ojos por Moody’s, pues consideró que esto generaría cierto alivio a la presión constante sobre el déficit (el dinero que falta) para cubrir los gastos del gobierno federal en un año, aunque habría que tomar el comentario con reservas, pues la misma calificadora consideró que la Secretaría de Hacienda podría recaudar menos de lo esperado, debido a que la expectativa de crecimiento económico va a la baja y esto afecta la capacidad de obtener ingresos a partir del cobro de impuestos.

EL PESIMISTA

Moody’s no es la única empresa que tiene en perspectiva negativa la calificación crediticia de México, también lo hacen Standard & Poor’s y Fitch Ratings. Estas son las tres firmas más importantes en este sector, que funciona como una especie de Buró de Crédito para empresas que cotizan en bolsa y gobiernos estatales y federales.

Precisamente este factor lleva a Guillermo Ortiz, ex gobernador del Banxico, a pensar que los mercados ya dieron por descontada una disminución a la calificación de México para los próximos meses.

“Las tres calificadoras más importantes tienen a México en negative watch (perspectiva negativa) y la decisión (sobre una baja) debe tomarse en algunos meses. Creo que el mercado ya tiene descontado que quizá una, dos o las tres calificadoras le van a dar un downgrade (disminución en la calificación) a México”, dijo Guillermo Ortiz, ex gobernador del Banxico a la agencia Bloomberg.

En caso de que esto ocurra, no significa que el país no podrá pedir prestado, sino que el costo de la deuda, léase los intereses que se pagan, serían más altos.

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