De 2012 a la fecha el consumo de combustibles se disparó y puso a México como el cuarto consumidor de gasolina per cápita en 2016 desde el noveno lugar en 2012, lo que hizo insostenible el subsidio a este sector, comentó el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña en una comparecencia ante la Cámara de Diputados.
El funcionario rechazó que el incremento de la gasolina y el diésel fuera provocado por las reformas energética y hacendaria, tal como lo afirmó ayer el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.
“El precio de la gasolina no subió por la reforma energética, tampoco subió por la reforma hacendaria. El precio de la gasolina subió porque el precio internacional del petróleo, del tipo de cambio y el precio internacional de la gasolina subieron también”, detalló.
Para evitar un impacto mayor en el consumo, que se mantiene como el principal motor de la economía, se implementaron medidas de deducibilidad del 100% del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) para el transporte formal, así como para pescadores y agricultores que tienen a los combustibles como insumos básicos para su actividad y así evitar una escalada de precios y una caída en los ingresos de estos sectores.