El próximo 25 y 26 de enero la cancillería mexicana y la Secretaría de Economía tendrán su primer acercamiento con la nueva administración de Estados Unidos para tratar temas como la seguridad y el sector comercial; sin embargo, Donald Trump buscará que en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) México invierta más en el desarrollo de tecnología y no sólo espere las inversiones de otras empresas que quieran maquilar en el país.
“El nuevo presidente de Estados Unidos es un empresario y como tal es pro negocios y difícilmente hablará de política. Su primera condición en este encuentro será conocer qué ofrece México para reforzar la alianza y qué riesgos va a correr para aportar al crecimiento de ambos países”, comentó Ramsés Pech, especialista en negocios de la consultora Caraiva y Asociados.
Uno de los propósitos del TLCAN era que los tres países se industrializaran e incrementaran su inversión en el desarrollo de tecnología, situación que no ocurrió en México, pues sólo se dedicó a recibir inversiones de empresas extranjeras.
“Trump movió el árbol y ahora sabe que le duele a cada quien y a nosotros nos duelen la fábricas de ensamblado y busco a donde apretarnos pues el TLCAN nos hizo dependientes de las ensambladoras”, precisó el experto.
En la negociación también se integrará completamente el sector energético, pues buscará que las empresas privadas que saquen petróleo del país lo lleven a Estados Unidos para refinarlo, al tiempo que exigirá que las firmas mexicanas y Pemex aporten su propia investigación y tecnología para desarrollar los campos, pues todos los insumos son proveídos por las empresas de origen estadounidense.
En México se invierte menos del 1% por parte del gobierno federal en innovación, ciencia y tecnología, pese a que al inicio del sexenio el presidente de la República, Enrique Peña Nieto aseguró que se alcanzaría esta proporción en 2018.