En un mensaje sin sustancia, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que para superar la crisis del COVID-19, esta vez se rompió el molde, para prescindir de las viejas recetas neoliberales que se han implementado en el pasado.
Como la IP ya lo había adelantado, no hubo ninguna medida para rescatar a las empresas, ni tampoco acciones de carácter fiscal que puedan amortiguar la falta de liquidez que se vivirá en los próximos meses.
Más bien el enfoque estuvo en reiterar medidas de carácter social asistencialistas como son las becas, las tandas para el bienestar, Sembrando Vida, pensiones para adultos mayores y créditos personales, para micronegocios y vivienda.
Tampoco se anunció el pospuesto programa de infraestructura energética, que informó el primer mandatario se dará a conocer pronto con proyectos por unos 339 mil mdp.
En el mismo ámbito se anunció una reducción de impuestos para PEMEX por 65 mil mdp y reiteró que con todo y la falta de recursos presupuestales que se presentará continuará con sus obras emblemáticas, en este caso la Refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto de Santa Lucía. También mencionó el esfuerzo para concluir el Tren CDMX-Toluca.
Tras reiterar en diversas ocasiones el estigma sexenal contra la corrupción, y como parte de las medidas para enfrentar la difícil coyuntura, que consideró será temporal, informó que se bajarán de nueva cuenta los sueldos a los burócratas, no habrá aguinaldo y se reducirán viáticos y otros gastos.