El robo de combustibles, que actualmente tiene un costo estimado de 20 mil millones de pesos anuales para Pemex, será uno de los factores que encarezca el costo del transporte de las gasolinas, mismo que las empresas trasladarán al consumidor final en donde se abran los precios, aseguró Rubén Salazar, director de la consultora en seguridad, Etellekt.
“El problema de la Temporada Abierta es que las empresas que usen la infraestructura de Pemex van enfrentar los mismos problemas y aunque en Sonora y Baja California no hay tanta ordeña, Tamaulipas es el tercer estado con más tomas clandestinas del país”, señaló.
El proceso de Temporada Abierta consiste en que Pemex ponga en renta una parte de la capacidad que tienen para almacenar y transportar petrolíferos, proceso que se realizará gradualmente durante 2017.
La primera región en donde se consolidará este proceso es en Sonora y Baja California, donde se asignarán los espacios el 15 de febrero para que las empresas privadas empiecen a utilizar la infraestructura de la petrolera.
Sin embargo, la segunda zona en la que se liberará el precio incluye Tamaulipas, que es el nodo con mayor actividad en la importación de gasolinas, particularmente proveniente de Texas, pues el estado mexicano tiene la red de poliductos más grande del país.
La entidad perteneciente a Estados Unidos vende a México aproximadamente 5.5 de cada 10 litros que se consumen diariamente, situación que explica la cantidad de tomas clandestinas en la zona.
“Las empresas van a tener que trasladar los costos, pues dudamos mucho que se vaya a invertir en cuestiones de seguridad, al tiempo que la demanda de combustibles es más alta”, comentó el experto.
Además, el área que tiene más reportes sobre robo de gasolina es el centro del país, particularmente en Guanajuato y Puebla, situación que se agravaría una vez que se implemente la Temporada Abierta en esta región, pues en ella se concentra la mayor parte de la demanda de combustibles.
La apertura del precio y la implementación de la renta de infraestructura de Pemex en el centro del país, está programada para noviembre del año entrante, por lo que el ilícito podría incrementarse y encarecer aún más el precio final del producto, pues los comerciantes ilegales venden la gasolina entre cinco y seis pesos más barata.
“Estimamos que una vez que se abra el mercado del centro del país los empresarios podrían encarecer entre uno y 1.5 pesos el precio al consumidor. Sin este problema esperamos un precio entre 16 y 17 pesos por litro de Magna, pero al sumar las pérdidas por robo podría llegar hasta 18.5”, alertó.
Entre 2010 y 2016, el número de tomas clandestinas pasó de mil hasta seis mil tomas clandestinas anuales. “En todo lo que va de esta administración, de las 15 mil tomas detectadas, 13 mil 500 se generaron en el sexenio, aunque el número empieza a decrecer”, detalló Rubén Salazar.