La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) otorgó la concesión a la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) de manera indefinida.
Hoy se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el título de concesión con el que se avala este mercado de operaciones bursátiles, el cual será otra opción para los inversionistas, además de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) que hasta ahora ha sido la única que ha operado para este tipo de servicios.
Grupo Central de Corretajes (CENCOR) es el accionista principal de BIVA, la cual cuenta con experiencia en el sector financiero de más de 25 años con la administración de un grupo de empresas dedicadas al desarrollo de infraestructura de mercados financieros en México, Latinoamérica y Estados Unidos.
Según lo establecido en el título de concesión, BIVA cuenta con un plazo que vence en febrero de 2018 para arrancar operaciones, o de lo contrario se le revocaría la concesión.
La empresa ha dicho que planea iniciar hacia finales del presente año.
Este proyecto inició desde hace cuatro años, cuando CENCOR que preside Santiago Urquiza presentó a las autoridades financieras mexicanas el plan de una nueva bolsa de valores, y fue hasta octubre de 2015 cuando presentó la solicitud de concesión.
Para financiar este proyecto, CENCOR mantiene una sociedad con LIV Capital, un fondo de capital privado y su socio estratégico es FTSE Russell, para la formación de índices.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, la entrada en operación de un segundo mercado bursátil en el país implicará una reducción de costos de listado, mantenimiento y de transacción cobrados a emisoras e intermediarios financieros por los servicios que ofrecen las bolsas de valores.
Además la dependencia señaló que al haber competencia, se verán eficiencias en los procesos operativos e incentivos para la participación de nuevos actores financieros con estrategias novedosas y enfocadas a distintos nichos de mercado.
De igual forma, se reducirán los márgenes de compra y venta de valores, como producto de la innovación tecnológica y la reducción de costos cobrados por las bolsas de valores para llevar a cabo las transacciones, así como por el incremento en la información disponible para la formación de precios.