Tras de fracasar los acuerdos que Morena requería para lograr una mayoría calificada y sacar adelante la reforma constitucional eléctrica, dicho partido optó por retrasar la discusión en el pleno hasta este domingo 17 de abril.
Si bien el asunto se libró con gran celeridad en comisiones, las discusiones con otros legisladores de otros partidos, entre ellos el PAN y el PRI, se complicaron y no hay certidumbre si al final de cuentas se lograrán los consensos.
De hecho este lunes en su conferencia matutina el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó abierta la posibilidad de que de no aprobarse podría presentar una iniciativa de reforma a la Ley Minera para garantizar que el litio quede en manos del Estado.
Para la industria minera, esta posibilidad significará lluvia sobre mojado, dada la falta de certidumbre que tiene ese rubro, estigmatizado por el propio jefe del ejecutivo.
Al interior de CAMIMEX hay el temor de que se incluyan otros minerales para uso exclusivo del Estado, por considerarse estratégicos como podrían ser el cadmio, manganeso, cobre, plomo y hasta plata.
La aprobación de una reforma eléctrica cómo está, sería otro duro golpe para la economía mexicana. La mayoría de los expertos coinciden en que se lastimará la confianza y por ende la inversión dado que implicará un retroceso en la competitividad.
Además se lastimará el Estado de derecho al validarse la cancelación de cantidad de proyectos de autoabastecimiento, lo que abrirá costosas controversias en el ámbito del T-MEC.