Al cierre de enero pasado, los precios al productor estadounidense tuvieron un alza mensual de 0.6%, impulsados por el incremento en los precios de los energéticos, por lo que alcanzaron su mayor incremento en cuatro años.
De acuerdo con cifras del Departamento de Trabajo de ese país, la inflación anual al productor llegó a 1.6%, cifra que fue contenida por la fortaleza del dólar que mantuvo a raya el encarecimiento de los insumos subyacentes, es decir, los que tienen los precios más volátiles.
En ambos casos, el incremento también superó las expectativas de los analistas consultados por Reuters, pues en el apartado mensual esperaban 0.3% y en el anual previeron 1.5%.