El panorama de la apertura del mercado de combustibles en México cada vez luce más complicado, pues la dependencia que tendrá el país de productos importados será muy alta y el impacto del tipo de cambio será mayor en los precios de estos productos conforme avance la liberación.
De acuerdo con datos de Pemex, en octubre pasado la empresa generó 176.4 mil barriles diarios de diesel, el número más bajo desde noviembre de 1991. Este monto apenas representó 46.4% del total del consumo interno.
A pesar de que el consumo de este combustible se mantiene constante en el país, en los últimos dos años las importaciones de éste se incrementaron 45%, pues en octubre de 2014 Pemex compró en el exterior 140.4 mil barriles cada día, mientras que en el mismo mes de este 2016, este monto se disparó hasta 204.5 mil.
El pago de la importación de combustibles se hace en dólares, mientras que la compra a Pemex se hace en pesos, lo que implica una pérdida cambiaria que debe ser pagada por el consumidor final, o en su caso, a través de un subsidio temporal a la cuota del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) que aplica el gobierno federal sobre este tipo de bienes.
El problema principal para la transformación del petróleo es la falta de recursos para el mantenimiento de las plantas de Pemex, al tiempo que la cantidad de plantas en existencia en el país es extremadamente bajo.
La empresa tiene seis refinerías en todo el país, mientras que tan sólo en Texas existen 26 procesadoras de petróleo.
Además, cifras de la Sener apuntan a que del total de combustibles que se importan diariamente, nueve de cada 10 litros provienen de Estados Unidos.
Previo a la reforma energética, Pemex era la única empresa autorizada para comprar gasolina y diesel en el extranjero para surtir al país, pero con el nuevo marco regulatorio, cualquier empresa que tramite un permiso con la Comisión Reguladora de Energía (CRE) está autorizada para traer el combustible.
El mercado de importación de diesel en México fue inaugurado por la empresa Novum, que tiene sede en Houston, Texas, el pasado 13 de noviembre, pues aprovechó el permiso que tramitó ante la Secretaría de Energía.
Actualmente, la dependencia ha otorgado más de 360 permisos de importación de gasolina y diesel que siguen vigentes, pero estos trámites todavía no son aprovechados a cabalidad por las empresas interesadas en participar en estos mercados.