Al cierre del primer trimestre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) recaudó 52 mil 379.4 millones de pesos por concepto de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios aplicado a los combustibles, lo que representó 15 mil 864.4 millones menos a lo planeado por la dependencia en el paquete fiscal de este año.
El golpe a las finanzas públicas ocurrió a pesar del inicio de la liberación en el precio de la gasolina y el diésel, pues el descontento social causado por un incremento de hasta 20% en el valor al público por cada litro vendido, provocó que la dependencia encabezada por José Antonio Meade Kuribreña tuviera que implementar estímulos fiscales para disminuir el impacto a los bolsillos de los mexicanos a lo que se sumó una disminución en el volumen de la venta de los combustibles.
De acuerdo con datos de Pemex, en los primeros dos meses del año se colocaron 759.2 mil barriles diarios de gasolina, lo que contrasta con 790 mil 600 del primer bimestre de 2016.
La combinación provocó que la diferencia en la recaudación entre ambos años fuera de 16.65% al cierre del primer trimestre, pues entre enero y marzo del año pasado se obtuvieron 62 mil 848.1 millones de pesos por el IEPS aplicado a los combustibles.
Uno de los objetivos en la implementación de un impuesto tan alto –que representa entre 20% y 25% del valor al público en la gasolina, sin contar el IVA- era compensar la caída en la obtención de recursos provenientes de la explotación de petróleo, pero este objetivo no se logró.
El salvavidas del gobierno federal fue el incremento en los precios del hidrocarburo, pues el precio del barril subió casi al doble en comparación con el promedio del año anterior, lo que permitió que los ingresos petroleros aumentaran hasta 206 mil 311.6 millones de pesos, lo que representó 39% adicional sobre lo obtenido el año pasado.
Sin embargo, se antoja difícil que la cotización del crudo se mantenga por encima de los 42 dólares por barril, precio pactado en el Presupuesto de Egresos de la Federación, lo que podría generar que los ingresos del sector público en el resto del año sean menores a los esperados, incluso con la contratación de las coberturas petroleras.