La economía mexicana mostró niveles mínimos históricos en los indicadores adelantados elaborados por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) hasta mayo, estos con los que se anticipa el rumbo de la tendencia de la producción de manufacturas, consumo y servicios.
El Indicador IMEF Manufacturero disminuyó en mayo 1.8 puntos para ubicarse en 39.2 unidades, con lo que permanece en zona de contracción (por debajo de los 50 puntos) por 13 meses consecutivos.
Hay que recordar que de acuerdo a la medición del IMEF arriba de 50 puntos se habla de una expansión de la economía, en tanto que por debajo la tendencia es negativa.
En lo que hace al Indicador IMEF No Manufacturero registró en mayo un aumento de 2.4 puntos para cerrar en 38.0 unidades y ubicarse en zona de contracción por cuatro meses en línea.
En su reporte el instituto señala que en “los primeros cinco meses del año tanto el indicador IMEF Manufacturero como el No Manufacturero han descendido a niveles mínimos históricos, lo que apunta a que la recesión pandémica no tiene precedente desde que están disponible estas mediciones”.
Agrega que si bien ambos indicadores han caído de manera rápida y sustantiva, el impacto se ha reflejado en mayor medida en el sector no manufacturero, donde además el subíndice Empleo también ha disminuido a un mínimo histórico.
De ahí que consideró que los “resultados del Indicador IMEF a mayo refuerzan la expectativa de que esta recesión tendrá un efecto adverso sobre el empleo, también sin precedentes”.
El IMEF hace ver que los indicadores económicos más recientes comienzan a mostrar la profundidad de la disrupción económica causada por las medidas para contener la pandemia de COVID-19.
En particular, destacó el IMEF, los indicadores de abril presentaron resultados dramáticos e inéditos, como la pérdida de 20.5 millones de empleos en Estados Unidos y las abruptas caídas en las tasas anuales de crecimiento de las exportaciones e importaciones de México de 40.9% y 30.5%, respectivamente.
También mostraron algunos resultados sorpresivos a primera vista, como los notables repuntes en las remesas familiares de marzo 35.8% anual, y en la actividad bancaria, con repuntes de 13.1% real anual en los depósitos y de 8.7% real anual en el financiamiento.
Estos resultados muy probablemente obedecen a motivos precautorios en previsión de lo que venía con las medidas de aislamiento, por lo que no deben interpretarse como señales de reactivación u optimismo.