Eric Olsen, presidente ejecutivo de LafargeHolcim, la cementera más grande del mundo, anunció su salida de la empresa para julio de este año, después de que la firma reconoció el pago a grupos armados para mantener las operaciones de una fábrica en Siria, en medio de la guerra.
De acuerdo con una investigación interna independiente, los pagos se hicieron a intermediarios por protección para mantener abierta la planta de Jalabiya, ubicada al norte del país árabe, situación que va en contra a las políticas de la empresa.
"Se cometieron errores significativos de juicio, contraviniendo el código de conducta aplicable", dijo la compañía, que añadió que la pesquisa no determinó que Olsen sea responsable de infracción alguna.
Olsen, que encabeza la empresa desde su creación tras una fusión hace dos años, dijo que dejará el cargo a partir del 15 de julio.
"Aunque yo no estuve involucrado y ni siquiera me enteré de ninguna irregularidad, creo que mi partida contribuirá a devolver la serenidad a una compañía que ha estado expuesta durante meses por este caso", dijo el CEO en un comunicado.
De acuerdo con la agencia Reuters, la fiscalía francesa también investiga las actividades de la cementera en Siria, pues dos organizaciones de derechos humanos presentaron una demanda en París contra Lafarge.
En la querella señalaron que parte del trabajo de la empresa en Siria podría haberla hecho cómplice en el financiamiento de Estado Islámico y en crímenes de guerra.
LafargeHolcim también es duramente criticada debido su interés por participar en la construcción del muro que propone Donald Trump en la frontera entre México y Estados Unidos.