En audiencia ante el Senado de Estados Unidos, el exdirector del FBI, James Comey dijo ser víctima de difamación por parte del gobierno de Donald Trump y presionado para abandonar una investigación sobre los presuntos nexos de la campaña presidencial con Rusia.
En una de sus primeras declaraciones, Comey aseguró no tener duda de que Rusia interfirió en las elecciones de Estados Unidos en 2016.
"No debe haber nada incierto sobre esto, los rusos interfirieron en nuestra elección durante 2016", destacó.
Sin embargo, dijo que la información que poseía no le permitían afirmar que el resultado de la elección pudo haber sido manipulado.
A pesar de ello, al inicio de la audiencia en el Senado y a pregunta expresa del presidente de la comisión, Richard Burr sobre si en algún momento “el presidente le pidió que interrumpiera la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016". Comey respondió: “No”.
En este sentido, el hijo mayor del presidente y una de las cabezas de la Organización Trump, Donald Trump Jr., escribió en su cuenta oficial de Twitter: "Conozco a mi padre desde hace 39 años y puedo decir que cuando él 'ordena o dice' que hagas algo no hay ambigüedad, sabes exactamente a lo que se refiere".
El exdirector del FBI destacó que el gobierno de Trump difundió “mentiras lisas y llanas” al afirmar que el FBI estuvo mal dirigido por él y que sus agentes habían perdido la confianza.