Se eleva a un 54.9% nivel de trabajadores en el país que no pueden adquirir canasta básica

Entre abril y mayo la pobreza laboral se elevó a un nivel máximo histórico puesto que del 35.7% de los trabajadores del país que entre enero y marzo no les alcanzaba para adquirir la canasta básica, entre abril y mayo dicho porcentaje se elevó al 54.9%.
De acuerdo con el Consejo  Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la pandemia de COVID-19 revirtió el efecto positivo logrado por el aumento del salario mínimo y los avances para reducir la pobreza laboral de la última década, de ahí que no sólo se redujeron el número de plazas laborales, sino también las remuneraciones de quienes aún poseen un empleo.
Y es que antes del golpe económico por la emergencia sanitaria, tres de cada 10 trabajadores se encontraban en pobreza laboral. Es decir, a pesar de que tenían un empleo o una actividad económica, sus ingresos no les alcanzaban para comprar lo básico para vivir, y desafortunadamente entre abril y mayo esta proporción aumentó a cinco de cada 10 trabajadores.
Al respecto Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana frente a la Pobreza afiró que “el tamaño de la tragedia laboral que estamos viviendo lo confirma CONEVAL”. Agregó que los datos arrojan que se trata de “20 puntos porcentuales más que a principios de año. Es impresionante, son más de 10 millones de personas más a las que no les alcanza para lo más básico”.
Cabe aclarar que dicho nivel de pobreza laboral no se había registrado antes en el país. En la crisis económica del 2009 se llegó a casi un 40% de las personas que estaban en precariedad aún con puesto de trabajo, y el nivel más alto se alcanzó el sexenio pasado con un 43% de trabajadores en pobreza.
El informe destaca también las circunstancias del trabajo informal. Ese tipo de empleo, que no provee de prestaciones laborales ni acceso a los servicios de salud, “está teniendo un papel más relevante que el formal cuando se trata de dejar de estar en una situación de pobreza laboral”.
Debido a lo anterior el reporte del CONEVAL demandó “focalizar la atención en los grupos más vulnerables”. Entre ellos, quienes dependen del trabajo informal. Y es que de acuerco con Gómez hay quien en dicho sector ganan un salario que les alcanza para comprar una canasta alimentaria, “pero no tienen servicios de salud durante una pandemia, no cotizan para una pensión, no tienen prestaciones”.
Por si fuera poco el CONEVAL subrayó que las mujeres han sido la más afectadas por esta crisis, lo que al final podría profundizar la brecha existente entre hombres y mujeres en el mercado laboral.
Por lo que se sugirió el poner el marcha transferencias monetarias directas o un seguro de desempleo contributivo.
CONEVAL hizo ver que la información proviene de la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE), con la que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sustituyó la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), suspendida por la pandemia.
Dcihos datos le permitieron “generar un diagnóstico de la pobreza laboral” durante la pandemia por el SARS-CoV-2. Y uno de los resultados es que entre abril y mayo “se observa una caída del ingreso laboral real de 6.2%”, y es que en abril los trabajadores recibían en promedio 1,516 pesos mensuales, para mayor ganaban 1,422 pesos.
Con ello, la masa salarial –o sea, la suma de las remuneraciones que reciben todas las personas que trabajan— también disminuyó, puesto que su punto máximo fue en el primer trimestre de este 2020 cuando las percepciones de los trabajadores sumaron 218 mil 345 millones de pesos, pero ya en mayo, cuando según la ETOE había más de 12 millones de personas sin ingreso laboral y según CONEVAL 20% más de trabajadores ganando muy poco, la masa salarial fue de sólo 163 mil 219 millones de pesos.