En la ronda petrolera 1.1 y 1.2 hubo tres consorcios ganadores que ya iniciaron su búsqueda por el oro negro en la Cuenca del Sureste, ubicada mayormente frente a las costas de Tabasco.
Estas empresas son Eni, Talos (con Sierra y Premier), Fieldwood (con Petrobal) y Hokchi (un JV de Panamerican Energy y E&P Hidrocarburos y Servicios) y aunque las inversiones están en etapas tempranas ya perforaron o delimitaron áreas con mayor potencial.
Sin embargo, de acuerdo con Pulso Energético, hasta ahora no se han identificado esfuerzos para dimensionar la actividad exploratoria de la iniciativa privada.
Hasta el momento, los planes de trabajo correspondientes a las rondas 1.1 y 1.2 representan 13 pozos exploratorios y una inversión de 430 millones de dólares para los próximos dos años.
Desde 2014, Pemex sólo ha perforado 22 pozos exploratorios por año, donde resalta una notable caída desde 2009 cuando la petrolera perforaba 70 pozos exploratorios por año.
La baja en esta actividad es consecuencia de la reciente caída en los precios del petróleo, el creciente costo de los esfuerzos exploratorios conforme se ha ido terminando el petróleo fácil y la pesada carga financiera de Pemex, detalló la publicación.
En el primer trimestre de este año, Pemex sólo perforó cinco pozos exploratorios, por lo que se espera que el volumen será similar al de los últimos tres años, aunque podría ser menor.
Estos resultados son factores suficientes para incrementar las preocupaciones ante un eventual intento de “echar para atrás” la reforma energética, pues dejaría al país con una actividad exploratoria muy baja que retrasaría la recuperación de la industria petrolera mexicana, donde Campeche y Tabasco son los estados más afectados por esta crisis.