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Tampico-Misantla, el activo petrolero olvidado

Con la capacidad que tiene esta región se podría compensar la caída en la plataforma petrolera, pero la inversión de Pemex se concentra en otras zonas.

Los recursos se concentraron en la explotación de los pozos petroleros de la cuenca del Sureste.
Escrito por: Redacción Mayo 22, 2017, 5:03 a.m. Economía

 

En la reforma energética de 2014 la mayor parte de los recursos asignados a Pemex se centraron en el desarrollo de la Cuenca del Sureste, con la excepción de algunos bloques en el Sur de Veracruz y la Sierra chiapaneca, pero la cuenca de Tampico-Misantla no se incluyó para exploración.

En un artículo de la publicación Pulso Energético, realizado por Alfredo Guzmán, quien trabajó 35 años para Pemex, el experto señaló que la exploración, incluso con el cambio regulatorio está “sumamente rezagada”, especialmente en la zona norte del país.

Además, el nuevo Plan Quinquenal prevé licitar solamente 12 bloques a los que se les asigna un volumen prospectivo convencional de seis millones de barriles de petróleo crudo equivalente (mmbpce) y un volumen remanente de 67 mil millones.

“Como tal, el Plan Quinquenal deja sin posibilidades a una cuenca que, de darle importancia, por si sola podría compensar la caída de la producción de México”, detalló.

En Tampico-Misantla, se han encontrado 91 mil millones de barriles de aceite y 81 mil millones de pies cúbicos de gas y tiene recursos convencionales por 2.4 mil millones de barriles y no convencionales de 34.8 mil millones.

Sin embargo, en 113 años se produjeron solamente 5.82 mil millones de barriles de aceite y 8.26 mil millones de pies cúbicos de gas que son 6.4% y 10%, respectivamente, del aceite y del gas encontrados.

El analista abundó que la baja recuperación se debe a que, a partir de que Pemex descubrió los grandes yacimientos del Mesozoico del Sureste en tierra y mar —donde están Cantarell, Ku-Maloob-Zaap y otros yacimientos en aguas someras— el grueso de la inversión, de la perforación y de los recursos humanos calificados migró hacia esa región. El crecimiento de las reservas entre 1975 y 1981 de 6.3 mmbpce a más de 72 mmbpce, hizo que la exploración se considerara innecesaria y se redujera a su mínima expresión.

Esto se reflejó inmediatamente en la incorporación de reservas y, a pesar de que cuando empezó a declinar la producción en 2004 se incrementó la inversión, el rezago era tal que no se ha reflejado ni en la reservas ni en la producción.

El impacto fue más crítico en la cuenca de Tampico-Misantla porque la poca exploración que se hizo después de los años 80 se concentró en el Sureste, sobretodo costa afuera. Además, la estrategia de inversión en la Región Norte (de la que Tampico-Misantla forma parte), se enfocó en actividades de desarrollo y mantenimiento de la producción del gas no asociado, privilegiando las cuencas de Burgos, Sabinas y Veracruz. Como la producción de aceite en Tampico-Misantla era menos del 95% del total del país, se tomó la decisión de invertir todo en el Sureste abandonándose su exploración desde los años 80.

Puesto de otra forma, abundó, la exploración y desarrollo de nuevos campos y extensión de los existentes en la cuenca Tampico-Misantla permitirían ver y obtener beneficios de la Reforma Energética en un plazo inmediato.

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