Como otras empresas de medios, Televisa termina el año con un ajuste a su plantilla que se asegura será de alrededor del 30% para amoldarse a un entorno que se ha complicado en la televisión abierta y que será aún más complicado en 2017 por el bajo crecimiento que ya se visualiza.
Televisa está en la mira de las calificadoras debido a que como otras empresas se verá afectada por la devaluación dado el tamaño de su deuda y a la programación externa que adquiere y que se cotiza en dólares.
En el último trimestre las utilidades de Televisa cayeron en casi 80% frente al mismo trimestre del 2015 al situarse en mil 380 millones de pesos.
Su acción en el mercado también ha caído en alrededor del 9% en el último mes, ya que antes de las elecciones en EU su CPO estaba en 92.32 pesos y hoy se ubica en 84 pesos.
La problemática de Televisa tiene un componente estructural puesto que la televisión abierta en todo el mundo se ha visto afectada por las nuevas plataformas ligadas al Internet.
Muchos jóvenes prefieren hoy en día las opciones “on demand” que les permiten acceder a la programación de su gusto a la hora que más les conviene.
Además la televisión abierta ha perdido fuerza frente a la televisión de paga, y esto se debe al crecimiento de la clase media que hoy puede acceder a esta opción.
Televisa además nunca se preparó y ha mantenido programación de baja calidad que hoy no responde a un gran segmento de la población.
Vale señalar que Televisa también tiene televisión de paga y de hecho es el actor más importante del país en ese segmento. Sky y todas sus empresas de cable incluida IZZI le aportan el 58% de su flujo.
La única oportunidad que tiene Televisa y otras empresas de televisión abierta del mundo es la de generar contenidos que puedan verse por su calidad y que representen un hit como muchas series que conocemos que ha producido Netflix y otras firmas estadounidenses o españolas que han entendido que el contenido es el rey.