Los medicamentos caducos requieren un tratamiento especial para su desecho, pues si se desechan a través de la basura convencional pueden generar daños ambientales o a la salud de otros pacientes, pues acaban en el mercado negro, alertó José Antonio Aedo, director general de SINGREM.
“SINGREM es una asociación civil creada por la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica y por otras dos asociaciones, la de Empresas Investigación Farmacéutica y la Asociación Mexicana de Fabricantes de Medicamentos”, dijo en entrevista con DON DINERO.
Esta asociación fue creada con el objetivo de cumplir cabalmente con la Ley General de Planeación de Residuos y la Ley General de Salud.
De acuerdo con estas legislaciones, una vez que los medicamentos cumplen con su fecha de caducidad se convierten en residuos peligrosos.
“Cuando un medicamento se fabrica se hacen pruebas de estabilidad que determina su vida útil y cumple su función, pero cuando llega la fecha de caducidad puede generar efectos nocivos. Las medicinas tienen que estar en temperaturas bajas y con poca humedad”, dijo.
Además, hay mucha gente que saca las medicinas de la basura y las reempaca para venderlas en el mercado negro, o en caso de que lleguen a los rellenos sanitarios pueden generar daños al subsuelo.
La ley también establece que los laboratorios tienen la obligación de recuperar los medicamentos caducos, pero SINGREM tiene contenedores.
De acuerdo con datos de la Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris), 5% de los medicamentos caducan sin ser recolectados; sin embargo, antes de la existencia de SINGREM no había recolección adecuada de medicamentos.
Desde 2010 que inició el programa se recaudan entre 60 y 65 millones de cajas para que no sean usadas de forma inadecuada, dijo José Antonio Aedo.
El proceso de destrucción corre a cargo de empresas especializadas que tienen dos alternativas, la primera es incinerar los medicamentos directamente.
La segunda alternativa es que los entreguen a empresas cementeras que mezclan estos insumos con otros combustibles para fabricar cemento, que requiere temperaturas muy altas para la elaboración de este material y los medicamentos y sus cajas quedan hechos cenizas sin causar daños al medio ambiente.
Actualmente, SINGREM recibe donativos de 100 laboratorios por cada caja que vendan, pero todavía falta que se añadan al menos 150 laboratorios, pues en el país hay más de 250.
“Con esos recursos nos podemos ampliar. Hoy tenemos presencia en 26 estados, pero falta el Norte y Chiapas y Tabasco. Tenemos cinco mil contenedores que hay colocados en farmacias, tiendas de autoservicio, hospitales y clínicas”, detalló.
Para ubicar el contenedor más cercano es necesario buscarlo en la página electrónica www.singrem.org.mx y permite ubicar la colonia en donde está el depósito autorizado.