El presidente estadounidense Donald Trump declinó pronunciarse en medio del debate sobre el control de armas de fuego, tras el tiroteo a cargo de un individuo en contra de asistentes a un concierto en Las Vegas, en el que mató a 59 personas y dejó heridas a más de 500.
A pregunta expresa, el primer mandatario se limitó a responder que “vamos a hablar sobre las armas con tiempo”, y agregó que el responsable de la matanza es un tipo “muy, muy enfermo”.
Los motivos que llevaron a Stephen Paddock, de 64 años, a realizar la que es considerado como la peor masacre en la historia reciente de ese país, aún siguen sin esclarecerse. Hasta ahora las autoridades estadounidenses no han hecho eco de los señalamientos de Estado Islámico respecto a que el asesino pertenece a este grupo, por lo que se trató de un acto terrorista.
En tanto, los casinos en Las Vegas siguen con operaciones normales, incluso el del hotel Mandalay Bay, desde donde Paddock, alojado en una habitación del piso 32, realizó el tiroteo durante 10 minutos con armas automáticas.
Los hoteleros y propietarios de negocios en aquella ciudad de gran afluencia turística no han reportado hasta ahora cancelaciones o baja en el número de visistantes tras la masacre.
Las autoridades policiales señalaron que al interior de la habitación se encontraron 23 armas de fuego, incluidas algunas automáticas. Al hacer los cateos en la casa del atacante, en Mesquite Nevada, también se ubicaron 19 armas de fuego, explosivos y miles de municiones.
Hasta el momento sigue la línea de un asesino solitario.