El presidente de Estados Unidos Donald Trump impuso medidas arancelarias a China bajo el argumento de un presunto robo de propiedad intelectual.
Los aranceles representarían unos 60 mil millones de dólares (mdd) y el presidente Trump fue claro en la acusación de que los chinos han hurtado tecnología de su país y agregó que la acción ayudara a reducir su déficit comercial.
En conferencia de prensa en la Casa Blanca, el representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, explicó que la actual administración también impondrá restricciones a la inversión en tecnología de China.
Ahora, las empresas estadounidenses del sector agrícola y de tecnología se preparan para conocer cuáles serán las medidas recíprocas que aplicará China.
Hay que señalar que apenas la semana pasada grupos de industriales estadounidenses enviaron una carta a Trump advirtiéndole que de imponer aranceles generalizados desataría una reacción en cadena de consecuencias negativas para su economía.
Las represalias de otros países y bloques económicos perjudicarían fuertemente a la agricultura estadounidense, bienes, servicios y exportaciones y al final se elevarán los costos para los consumidores.
Este anuncio se da luego de una investigación de siete meses que realizó Estados Unidos en donde se concluyó que China ha estado desafiando la supremacía estadounidense en tecnología.
Entre las supuestas tácticas del país asiático se encuentran el usar hackers para robar secretos comerciales y exigir que empresas norteamericanas entreguen secretos a cambio de tener acceso a su mercado.
Se prevé que ahora China aplicaría sanciones a las exportaciones de aviones, soya y otros productos estadounidenses.
Así que se trata ya de una guerra comercial entre las dos principales economías del mundo.