El Banco de México incrementó en 25 puntos base la tasa de interés referencial para ubicarla en 6.75%, desde 6.5% previo.
En un comunicado, el instituto señaló que el objetivo central del alza es evitar que la inflación permanezca de forma prolongada en niveles superiores a la meta (3% +/- un punto porcentual) y que en el mediano plazo pueda regresar a niveles menores.
A partir de este momento, siempre y cuando la inflación no crezca de manera desmedida, el Banxico sólo subiría la tasa cuando lo haga la Reserva Federal de Estados Unidos, detalló en el documento.
Para el organismo dirigido por Agustín Carstens, la inflación general seguirá en una tendencia alcista en los próximos meses, afectada principalmente por el incremento en las tarifas del transporte público y algunos productos agropecuarios, así como al impacto del tipo de cambio.
De esta forma, en lo que resta del año este indicador se ubicará “considerablemente” por encima del objetivo, aunque tenderá a bajar en los últimos meses de 2017 y durante 2018.
Sin embargo, entre los riesgos al alza destaca que la inestabilidad externa pueda impactar en el tipo de cambio y suban los precios de los productos importados, o bien, ante crecimientos inerciales en algunos precios como los agropecuarios, aunque su impacto sobre la inflación sería transitorio.
“Finalmente, tomando en consideración que las condiciones en el mercado laboral han venido estrechándose, la tendencia al alza de los costos laborales unitarios de la mano de obra podría empezar a reflejarse en la inflación”, detalló el organismo.
Entre los riesgos a la baja, el Banxico anticipó una recuperación mayor a la estimada en el tipo de cambio, así como una variación en la tendencia de los precios de la gasolina o el diésel.