Bayer consiguió la aprobación de las autoridades regulatorias de Estados Unidos para la compra de Monsanto, la mayor empresa productora de agroquímicos y biotecnología destinados a la agricultura. Se estima que la transacción ascienda a unos 62 mil 500 millones de dólares.
La división antimonopolio del Departamento de Justicia puso como condición que Bayer tiene que vender unos 9 mil millones de dólares en activos posterior a la compra.
Esta desinversión requerida por las autoridades estadounidenses es para "alinearse estrechamente" con las ventas de activos que pide la Unión Europea en este tipo de operaciones.
Makan Delrahim, quien encabeza la división antimonopolio del Departamento de Justicia, señaló que las ventas de activos acordadas con Bayer representan la mayor desinversión jamás exigida por Estados Unidos.
Se considera que para Bayer esto no representará mayor problema, ya que en otros acuerdos con los reguladores en varias partes del mundo, la empresa ha accedido a desprenderse de la totalidad de sus negocios de semillas de algodón, canola, soya y otras unidades agrícolas y digitales de la industria, además de su herbicida Liberty, que compite con la marca Roundup de Monsanto.
Bayer ya ha conseguido la luz verde en la Unión Europea, Brasil y Rusia. Además de Estados Unidos, pero aún necesita la aprobación de reguladores de Canadá y México, un camino que no se ve escabroso para la compañía.