Después de que el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos ubicó a México como el segundo país con un conflicto armado donde se reportaron más muertes en 2016, sólo por debajo de Siria, la Secretaría de Relaciones Exteriores cuestionó la veracidad de los datos.
En un comunicado, la dependencia liderada por Luis Videgaray aseguró que la Encuesta de Conflictos Armados 2017 utiliza cifras de origen desconocido y refleja estimaciones basadas en metodologías inciertas y aplica términos jurídicos de manera equivocada.
"Sus conclusiones no tienen sustento en el caso de México", ya que, en una de las determinaciones señala que existe un "conflicto armado no internacional", que no existe pues el que haya grupos criminales, estos no pueden ser un criterio suficiente "para hablar de conflicto armado".
El estudio señaló que el número de víctimas fatales por la creciente guerra entre los cárteles criminales de México aumentó a 23 mil en 2016, en comparación con 17 mil en Irak y 16 mil en Afganistán.
La SRE aseguró que el uso de las Fuerzas Armadas para mantener el orden al interior del país tampoco habla de un conflicto armado. En este sentido, el reporte busca dar un tratamiento similar a naciones con fenómenos completamente diferentes, "que no son comparables ni medibles entre sí".
Además, la dependencia destacó que la violencia relacionada con el crimen organizado no sólo depende de México, pues se trata de un problema regional "que va más allá de las fronteras que el país comparte con Estados Unidos, Guatemala y Belice. El combate al crimen organizado transnacional debe analizarse de manera integral", agregó.
Sobre las cifras que ofreció el estudio, la SRE comentó que la "estimación total de homicidios dolosos a nivel nacional en 2016 aún no ha sido publicada por el Inegi, por lo que se desconoce el origen de la cifra utilizada en el reporte", además de que las cifras de la ONU en 2014 reflejan que el país está lejos de ser uno de los países más violentos del mundo.