La primera ministra conservadora británica Theresa May decidió no renunciar, tras perder su mayoría parlamentaria en las elecciones generales británicas el 8 de junio y anunció, que formará un nuevo gobierno con el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte.
En las elecciones ninguno de los partidos británicos conquistó las 326 bancas necesarias para lograr la mayoría absoluta y formar gobierno. El Reino Unido vuelve entonces a una situación conocida como "parlamento dividido", por segunda vez en siete años.
La decisión de May produce enormes interrogaciones sobre cómo será el Brexit, cuyas negociaciones comienzan en 11 días.
La mandataria británica declaró que podía confiar en que tendría el apoyo de sus "amigos" en el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte en el Parlamento, luego que el Partido Conservador no logró asegurarse una mayoría en las elecciones del jueves.
"Seguiremos trabajando con nuestros amigos y aliados, particularmente con el Partido Unionista Democrático", declaró May.
Agregó que las dos fuerzas políticas tienen una relación sólida de años y eso da la confianza de creer que se puede trabajar en unión, en pro de los intereses de Reino Unido.
May, que convocó elecciones anticipadas con la esperanza de ampliar su mayoría y fortalecer su mandato para las negociaciones del Brexit, terminó sin los escaños que daban el poder al Partido Conservador en el Parlamento y con un futuro incierto.