México y Brasil lideran la incorporación de robots para los procesos industriales, con la incorporación de entre 1 y 2 de estas máquinas por cada mil obreros, de acuerdo con el informe “Robotlución. El futuro del trabajo en la integración 4.0 de América Latina, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Sin embargo, esta cifra está muy lejos de las que reportan países desarrollados como Suecia, Alemania, Japón y Corea del Sur en donde cuentan con 2 robots por cada 100 obreros industriales.
El documento en el que participaron más de 40 expertos internacionales señala que estos cuatro países son los que tienen el mayor número de robots por obrero.
La Federación Internacional de Robótica calculó que en 2017 funcionan más de 1.3 millones de robots industriales instalados en fábricas de todo el mundo, liderados por los sectores automotriz, electrónico y metalúrgico, señala la colaboración en este informe de Gustavo Beliz, director del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe del BID.
Precisa que, de ese total, sólo 27 mil 700 se encuentran en América Latina y el Caribe, en donde México tiene 14 mil y Brasil 10 mil.
En los últimos dos años la venta de robots en el mundo creció 34%, pero en China este aumento fue de casi el doble del promedio global, al ser de 67%, señala.
La industria automotriz es la que más robots incorpora en sus procesos y el dato es revelador: las exportaciones bilaterales en este sector crecen 2% por cada 10% de incremento en la dotación de robots, a pesar de los incentivos a la relocalización de empresas.
“Una parte sustancial de las exportaciones y del empleo de América Latina y el Caribe se concentra en actividades que corren el riesgo de ser automatizadas, como la manufactura intensiva en mano de obra, la extracción de recursos naturales y servicios de calificación media como los contables, legales o de gestión, señala Beliz.
En los últimos diez años, se ha reducido en más de 20% el trabajo de bibliotecarios, traductores o agentes de viaje, pero ingenieros, matemáticos, abogados o contadores, junto a otros trabajadores de oficina, del sector público o privado, no son inmunes a este peligro, agrega.
En los oficios también habrá un impacto por la robotización y los trabajadores deberán adquirir nuevas habilidades para conseguir un empleo, señala.
Por ejemplo, los choferes. Se prevé que en los próximos 10 años habrá 2 millones de camiones autónomos sin conductor que seguirán cursos predefinidos y serán controlados por sistemas de GPS en centrales a miles de kilómetros de distancia.
“Habrá entonces que repensar el oficio de conductor para asimilarlo más a un analista de datos que al chofer del siglo 20”, destaca el experto.