En un acto conjunto, representantes del gobierno de México, la Unión Europea, automotrices y legisladores hicieron una demanda al Departamento de Comercio de Estados Unidos para que no se apliquen aranceles a vehículos y autopartes.
Y es que bajo la Sección 232 de la Ley de Comercio, el gobierno de Donald Trump analiza imponer aranceles de 25% a las importaciones de esos productos ya que se considera que representan un riesgo para la seguridad nacional.
Sobre este tema, Gerónimo Gutiérrez, embajador de México en Estados Unidos, señaló que llevar a cabo esta idea, reduciría la producción automovilística en 1.5%, al tiempo que costaría 200 mil empleos.
Señaló que “con esta medida, la industria automovilística de EU podría perder 1.5% en producción y cerca de 200 mil empleos y los consumidores naturalmente tendrían que pagar más para comprar un coche, reduciéndose la demanda”.
Además David O’Sullivan, embajador de la Unión Europea en EU, comentó que la aplicación arancelaria también afectaría el PIB estadounidense, advirtió que “imponer medidas restrictivas descartaría las tendencias positivas que tienen los sectores de automóviles y autopartes y afectaría negativamente el PIB de EU en más de 40 mil millones de dólares, y esto se podría multiplicar por cuatro, en caso que lo socios comerciales de EU tomaran medidas en respuesta”.
El subsecretario de Comercio Exterior, Juan Carlos Baker, señaló que “México defenderá energéticamente a las industrias automotriz y de autopartes contra cualquier imposición injustificada de aranceles a través de la Sección 232. Al igual que en el acero y aluminio, México impondría contramedidas compensatorias de forma inmediata”.
Además, unos 140 congresistas estadounidenses enviaron una carta al secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, en la que advierten el peligro que esta medida tiene para la importante industria automotriz de Estados Unidos.