El comandante en jefe de Corea del Norte, Kim Jong-un puso pausa a su plan de ataque a la base militar estadounidense de Guam al asegurar que ha llegado el momento de dejar de sembrar tensión y recoger ya los frutos.
En su anuncio matutino pidió sensatez a Washington a su manera. Aseguró que “Estados Unidos, que ha sido la primera en llevar armamento nuclear cerca de nuestro país, debe de ser la primera en tomar la decisión correcta y mostrar acciones que revelen su voluntad de rebajar la tensión”, dijo.
Claro que tampoco descuidó a la audiencia interna que podría interpretar la suspensión como un acobardamiento. El plan, explicó, proporcionaría “el más delicioso momento histórico cuando los misiles Hwasong estrujen las tráqueas de los yanquis”.
Así que según Kim Jong-un el ataque a la base de Guam anunciado como inminente la semana anterior depende ahora de cómo se porten los estadounidenses.
Corea del Norte había anunciado con bombo y platillo la semana pasada que el domingo tendría listos los cuatro misiles Hwasong-12 para sobrevolar Japón y caer a escasos 30 kilómetros de la costa de la base militar estadounidense de Guam. Faltaba sólo la orden de Kim Jong-un, pero esta mañana, después de comprobar que los misiles estaban en orden, ha pausado el plan y dijo que esperará algo más para observar “las idiotas y estúpidas conductas de los yanquis”, según la agencia oficial KCNA.