El gobierno de Mariano Rajoy dijo estar dispuesto a frenar la puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución que implicaría la toma de varios poderes en la región autónoma de Cataluña, si Carles Puigdemont, el presidente de la Generalitat, convoca elecciones autonómicas anticipadas.
Mañana vence el plazo dado por el gobierno español para que el presidente catalán aclare si proclamó o no la independencia y vuelva a la legalidad. En caso contrario, se activará la previsión constitucional que permite la intervención selectiva de las competencias de una comunidad autónoma.
Sin embargo, de acuerdo con fuentes citadas por el diario El País miembros del gobierno aseguran que el poder ejecutivo podría considerar como una vuelta a la legalidad que Puigdemont convoque elecciones, siempre que lo haga sin confirmar al mismo tiempo que efectivamente declaró la independencia de Cataluña el pasado martes.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, desde Bruselas también ha asegurado que si Puigdemont convoca a elecciones no se aplicaría el 155, aunque las llame constituyentes.
Por el momento la propuesta de Rajoy no ha hecho mover al "Palau de la Generalitat". Fuentes del Govern aseguran que el ejecutivo catalán se mantiene en la propuesta de diálogo directo que envió a La Moncloa el pasado lunes, en respuesta al requerimiento formulado por el gobierno español.
Tanto Esquerra Republicana como la CUP ya han rechazado la propuesta. "El 1 de octubre el pueblo decidió república, así que no hay margen de maniobra más allá", ha asegurado Mar Ampurdanès, designada como portavoz de un acto de la izquierda independentista donde estaban la CUP y Arran.
Así que todo se perfila para que Rajoy convoque a sus ministros una vez que llegue la respuesta de Puigdemont al requerimiento del Rajoy.
No obstante, la activación del artículo 155 de la Constitución no es automática. Al contrario, los trámites requeridos para su aprobación en el Senado podrían consumir varios días, dependiendo de la velocidad que Rajoy le quiera imponer al proceso.
Lo anterior abre una ventana de oportunidad para que Puigdemont convoque elecciones ante su difícil situación y la tensión interna que enfrenta a los dos partidos que componen la coalición de Junts pel Sí (PDeCAT y ERC) y a sus socios de la CUP.