Información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) señala que el saldo de la deuda de estados y municipios registró una caída anual de 3.7% en términos reales.
Esto es un buen resultado ya que representa una mejora en las finanzas públicas subnacionales.
Al respecto el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) considera que “se han puesto medidas de presupuesto sostenibles, pero ahora la deuda debe estar respaldada por algún ingreso, y ha tenido resultados positivos porque antes se podía adquirir deuda de manera indiscriminada, pero ahora se han frenado este tipo de prácticas de los gobiernos estatales”.
Sin embargo, analistas señalan que es necesaria la aplicación de un control más estricto para las contrataciones de deuda en especial en lo que se refiere a las estrategias para adquirir financiamientos.
Hay que tomar en cuenta que el año pasado 21 estados disminuyeron su deuda pública, en comparación con el cierre del 2017.
Los casos más destacados son Querétaro con 32.5% real, Baja California Sur con 16.4% y Yucatán con 15.9%.
Por su parte el estado de Campeche muestra una tendencia contraria con el mayor aumento de su deuda en el país que fue nada menos que de 80.1%.
El caso de Tabasco llama la atención el hecho de que pudiera bajar aún más su deuda, además de que ostenta programas de apoyo y desarrollo del sexenio federal pasado, además de los proyectos del actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, tales como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.