Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la seguridad alimentaria se alcanza cuando todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente; sin embargo, los efectos del cambio climático, la deforestación, el crecimiento exponencial de la población mundial y el cada vez más limitado espacio disponible para cultivar, posicionan a la seguridad como prioridad en la agenda política de los gobiernos en el mundo.
La FAO señala que la seguridad alimentaria se consigue cuando una nación es capaz de producir al menos el 75% de los alimentos que demanda su población.
En México, de acuerdo con el CONEVAL, 18.3% de la población se encuentra en algún grado de carencia alimentaria y 16% está en situación de riesgo alimentario permanente, ello a pesar de que el país es el séptimo mercado de alimentos en el mundo con un valor estimado de 903 mil millones de pesos al año, reveló el un estudio de la empresa de agricultora Arysta Life Science.
El alimento básico del mexicano es el maíz, representa la mayor parte del porcentaje de la dieta de la población en situación de carencia alimentaria o de riesgo alimentario permanente.
Se cultiva prácticamente en todo el país, pero los estados más importantes son Sinaloa, Guanajuato, Estado de México, Jalisco, Michoacán y Chihuahua, pues aportan 61.5% de la producción nacional.