Intelectuales, empresarios, activistas y organizaciones sociales pidieron al presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que no se cree la Guardia Nacional que integraría al ejército y la marina para patrullar las calles del país.
Señalaron que esto es una “una falsa salida a la crisis de inseguridad” que se vive en México.
A través de un escrito, 500 personalidades como la empresaria Marinela Servitje, el analista Rubén Aguilar Valenzuela, el escritor Héctor Aguilar Camin, además de organizaciones como Colectivo #FiscalíaQueSirva; Colectivo #SeguridadSinGuerra, México Unido Contra la Delincuencia y el Centro de Análisis e Investigación Fundar, entre otros, pidieron a AMLO detener este proyecto.
Cuestionaron la contradicción del presidente electo, ya que en campaña señaló que había un desgaste de las Fuerzas Armadas en el combate al crimen, por lo que en su momento se pronunció por incrementar el estado de fuerza de la Policía Federal, además de fortalecer el desarrollo policial a nivel local.
“Obviando sus promesas públicas, ignorando consideraciones empíricas y políticas fundamentales, desechando la opinión de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y de diversos organismos internacionales, el presidente electo y su equipo decidieron optar por una militarización como nunca ha conocido el país en su historia moderna, y anunciarlo justo cuando se conoció que la Suprema Corte de Justicia de la Nación probablemente invalidaría la Ley de Seguridad Interior”, señala el texto.
Los firmantes además consideran que crear la Guardia Nacional, bajo el mando directo de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), es injusta para la totalidad de los cuerpos policiales del país.
Recalcan que estos últimos viven en condiciones precarias, incluidos salarios, prestaciones, infraestructura, equipamiento y profesionalización además de regímenes laborales abusivos.
El documento señala que debe considerarse mejor un proyecto de rescate de la Policía Federal y de esta manera conformar un cuerpo nacional de policía, bajo un mando civil, no militar.
“Estamos conscientes de la grave crisis de seguridad en la que nos encontramos, y valoramos la labor de las Fuerzas Armadas, pero arraigar esta función, que debe ser temporal y extraordinaria, en el texto constitucional, representa una afrenta a un régimen republicano y democrático que aspira a consolidar sus instituciones civiles, y los derechos y garantías individuales de todos los mexicanos.
“En este sentido, la gravedad de la propuesta militarista no puede exagerarse, pues la preeminencia que se pretende otorgar a las Fuerzas Armadas no contará con contrapesos reales en la frágil institucionalidad que hoy caracteriza al país. Con una Secretaría de Gobernación debilitada y disminuida, con una Secretaría de Seguridad Pública a la que se ordena enviar policías federales a conformar la Guardia Nacional, sin fiscalías dignas del nombre y con presupuestos redirigidos a la Secretaría de la Defensa Nacional, ¿quién o qué limitará, fiscalizará o sancionará la operatividad militar en el país?”, menciona el documento.
De ahí que se realizó un llamado al presidente electo “para detener la reforma constitucional anunciada, y optar en cambio por el desarrollo y fortalecimiento de nuestras instituciones civiles de seguridad.