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Compra forzada del Credit Suisse por UBS tema existencial para Suiza: WSJ

El diario SJ señala que la ministra de Finanzas Karin Keller-Sutter, el presidente del banco central Thomas Jordan, y el regulador financiero Marlene Amstad, llamaron a Colm Kelleher, presidente de UBS, para presentar dos opciones que en realidad eran solo una: comprar Credit Suisse sin la oportunidad de comprender completamente su vasto y complicado balance

Escrito por: Roberto Romero Marzo 22, 2023, 8:36 p.m. Qué debo saber

El presidente del banco más grande de Suiza recibió una llamada urgente la semana pasada. En el otro extremo estaban tres altos funcionarios suizos que entregaron un ultimátum disfrazado de propuesta. UBS Group AG necesitaba rescatar a su rival en quiebra, el Credit Suisse.
De acuerdo con The Wall Street Journal así ocurrieron los acontecimientos del fin de semana, y destaca que para cualquier país sería una emergencia financiera, pero para Suiza, lo que estaba en juego rozaba lo existencial. Su modelo económico y su identidad nacional, cultivados durante siglos, se construyeron sobre la salvaguarda de las riquezas del mundo. No se trataba sólo de un banco. Suiza misma necesitaba ser rescatada.
El diario detalla que era jueves, apenas 24 horas después de una crisis bancaria en aumento y Credit Suisse estaba perdiendo depósitos. La institución nacional de 167 años lucía a días de la quiebra. Para mantenerlo vivo hasta el fin de semana, el banco central estuvo a punto de cuadruplicar una línea de crédito de más de 50 mil millones de dólares (mdd). Las autoridades reguladoras de EU y el Reino Unido llamaron a sus homólogos suizos para asegurarse de que no permitieran que Credit Suisse derrumbara los mercados mundiales.
Fue entonces cuando la ministra de Finanzas Karin Keller-Sutter, el presidente del banco central Thomas Jordan, y el regulador financiero Marlene Amstad, llamaron a Colm Kelleher, presidente de UBS, para presentar dos opciones que en realidad eran solo una: comprar Credit Suisse sin la oportunidad de comprender completamente su vasto y complicado balance.
Y es que, de acuerdo con el WSJ, dejar que se desmoronara el Credit Suisse, también preoucupaba al UBS, porque al final se podría destrozar la credibilidad de Suiza como “centro bancario global”.
Incluso se dice que vía WhatsApp, los propios diplomáticos suizos se preguntaron nerviosos si debían mover sus depósitos del Credit Suisse.
Así que después de una serie de llamadas “frenéticas” y reuniones orquestadas por el gobierno en Berna, UBS acordó literalmente embullirse el Credit Suisse por 3 mil 200 millones de dólares (mdd). Para sellar el trato, el gobierno, que había prometido después de la crisis de 2008 no volver a usar dinero público para salvar un banco, utilizó apresuradamente leyes de emergencia para hacer exactamente eso.
Al respecto Thierry Burkart, líder del partido derechista liberal, el tercero más grande del país, dijo que el “Credit Suisse no es sólo una empresa suiza. Es parte de la identidad suiza”,  y agregó que la “quiebra de un banco global suizo habría tenido un efecto inmediato en todas partes. Suiza sufriría un largo y duro daño a la reputación”.

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